En los músculos se almacena la fuerza necesaria para que nuestro cuerpo realice numerosos movimientos. Pero la capacidad del músculos para transformar la fuerza en movimiento depende de la forma y disposición de los huesos y de los movimientos que nuestro esqueleto puede realizar.
El número y la amplitud de estos movimientos corresponde a las articulaciones.
Las articulaciones son una parte del aparato locomotor, junto con los huesos y los músculos. Partes distintas de nuestro esqueleto están articuladas, es decir, se mueven unas sobre otras. Este movimiento es posible porque en las articulaciones los huesos se deslizan entre sí para llevar a cabo el movimiento iniciado por el músculo.
Muy pocos de los movimientos que realiza nuestro cuerpo son sencillos. Para que un atleta flexione y extienda las piernas para saltar vallas, varios músculos del muslo - los cuádriceps y el bíceps femoral - deben relajarse y contraerse al mismo tiempo para que el fémur y la tibia se articulen en la rodilla.
En nuestro cuerpo, hay más de doscientas articulaciones. Unas se encargan del movimiento de distintas partes del esqueleto, mientras que otras tienen poco movimiento y su función es sostener y mantener unidas otras partes del esqueleto.
Algunas articulaciones que tienen mucha movilidad, como el hombro, aumentan los movimientos de otras articulaciones con menos movilidad, como el codo.
Haz una prueba. Mueve el codo sin mover el hombro y comprobarás que puedes extender y flexionar el antebrazo y girarlo. Mueve ahora el hombro y el codo juntos, y verás que puedes realizar una gran cantidad y amplitud de movimientos.
Algunas articulaciones tienen pues movimientos limitados, pero cuando trabajan en equipo con otras, pueden realizar más movimientos.
La movilidad de las vérteberas, por ejemplo, es limitada; pero trabajando todas juntas, nos permiten encorvar y arquear la espalda y moverla lateralmente. La flexibilidad de la columna vertebral se debe, por lo tanto, a la acción de un conjunto de articulaciones.
En la muñeca, hay también varias articulaciones. El trabajo conjunto de estas articulaciones nos permite flexionar y girar la mano.
Las principales articulaciones "especializadas" en el movimiento se enuentran situadas en el hombro, el codo, la muñeca, la cadera, la rodilla y el tobillo.
Las articulaciones cuya función es unir partes importantes del equeleto están entre las vértebras y en la cadera.