Los músculos recubren el esqueleto y, junto con los huesos y las articulaciones, hacen posible el movimiento.
El movimiento y la fuerza física son las actividades más conocidas de los músculos. Por ello, no es extraño que en cuanto se habla de músculos, pienses en la práctica de un deporte o te representes la imagen de una gran fuerza física, como pueda ser la de un levantador de pesas.
Sin embargo, los músculos no sólo desempeñan la función de recubrir nuestro esqueleto y producir el movimiento; se encuentran en todo el cuerpo y realizan muchas funciones que no están relacionadas con el aparato locomotor. También son músculos, por ejemplo, los conductos del aparato digestivo, las venas y las arterias, y el corazón.
Un ejemplo te demostrará el número de músculos diferentes que intervienen en un acto tan simple como beber un vaso de agua: los músculos del brazo acercan el vaso a la boca, y los músculos de la faringe y del esófago efectúan los movimientos necesarios para tragar el agua. Los músculos intestinales conducirán después el líquido y los músculos de la vejiga lo expulsarán.
Los músculos realizan pues los movimientos que "ves", como mover una pierna o levantar un brazo pero también intervienen en los movimientos del aparato digestivo y urinario, los de la circulación de la sangre, los de la respiración, etc.
Los músculos forman parte de órganos y sistemas diferentes del cuerpo, y se encargan de producir movimiento para que estos órganos y sistemas funcionen.
Estas son algunas de las funciones principales de los músculos:
- Los huesos. Los músculos originan el movimiento de los huesos a través de las articulaciones y hacen posible la locomoción, es decir, que nos podamos desplazar.
- La piel. Muchos músculos se hallan unidos a la piel y a un hueso. Los de la cara se llaman músculos faciales. A ellos debemos la facultad de hacer muecas, para demostrar enfado, tristeza, alegría, etc.
- La respiración. Los músculos del tórax y del abdomen intervienen en los movimientos de inspiración y espiración que hace posible la respiración.
- La digestión. Los músculos del esófago, el estómago y los intestinos se contraen y se relajan para que nuestro cuerpo digiera los alimentos.
- La circulación de la sangre. Los músculos que forman las venas y las arterias permiten que la sangre circule por todo nuestro cuerpo, impulsada por el corazón.
- El corazón. El motor de nuestro cuerpo también es un músculo; por ello se le denomina músculo cardiaco.